Tus palabras son
como címbralos
que retiñen
que en vez de querer
oírte me da mucha
rabia y rencor.
Creo que no soy yo
la indicada para juzgarte
pero si quieres mirarte
piensa como te ve Dios.
El fue tu creador
un hombre muy sincero
que vino a este mundo
a predicar el amor.
Hoy sufro una decepción
al saber lo mucho que has cambiado
que te gozas de hacer daño
causando dolor al que te amo.
No seré yo la que te justifique
el día que estés triste
pídele a Dios el perdón
por matar el amor.
Y con esto termino yo
porque yo de ti me alejo
y si quieres consuelo
daselo al que lo necesite
porque yo en vez de oírte
te deseo lo peor.
]
No hay comentarios.:
Publicar un comentario